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domingo, 25 de agosto de 2013


Contextualización:
Uno de los ejes centrales del discurso de Elisa Carrió es la insistencia en comparar y asemejar al kirchnerismo con régimenes y gobiernos tan dispares como los de Ceaușescu, Stalin, Hitler, Franco o Chávez. Al momento de realizar esta tira, Lilita utilizaba mayormente la comparación con Ceaușescu y esgrimía, al mismo tiempo, que el gobierno estaba siguiendo el camino de Venezuela. También, por ese entonces (finales de 2009), aseguraba que Kirchner preparaba un escenario de violencia para diciembre.
Lo cierto es que el kirchnerismo y su política nada se parecía -ni se parece- al comunismo rumano, ni al estalinismo, ni al hitlerismo ni al franquismo. Y, mal que nos pese a varios, muy poco se parece a la Venezuela de Chávez.
Siguiendo esa premisa, por decantación, surgió un Néstor Kirchner con camisa roja (a la usanza de Hugo Chávez) y la idea de hacerlo muñeco de huevo Kinder Sorpresa. Resultando, con seguridad, la peor de las tres tiras de la serie.

P.S.: en la tira aparece la palabra "Kirner", sin la ch correspondiente, no por error de redacción, sino que es un juego con la manera en que lo pronuncia la propia Lilita.


- 25.8.13

Contextualización:
A fines de 2009, la diputada Elisa Carrió, en el marco de su denuncia de que el kirchnerismo preparaba una escalada de violencia en Argentina para diciembre de ese año, denunció públicamente la existencia de organizaciones político-sociales fuertemente armadas , utilizando dinero del gobierno nacional para adquirir armas. A ello se sumó, entre otros, el senador de la UCR por Jujuy Gerardo Morales, con la misma acusación, dirigiéndose principalmente a la organización Tupac Amaru. Tales afirmaciones, no pudieron ser probadas; pero, por el contrario, se comprobó que el dinero era utilizado para la construcción de viviendas populares y diversos otros trabajos realizados por cooperativas.

P.S.: en la tira aparece la palabra "kirnerista", sin la ch correspondiente, no por error de redacción, sino porque esa es la forma en que lo pronuncia la propia Lilita.


- 25.8.13

Contextualización:
A fines de 2009, la diputada Elisa Carrió se convenció –e intentó convencer– de que el ex presidente Néstor Kirchner (a quien acusaba de dirigir al ejecutivo desde las sombras, teniendo a la presidenta Cristina Fernández como mera mascarada) estaba preparando un escenario de violencia para el mes de diciembre de ese año. Es en ese marco que decidió enviar una serie de cartas a diversas embajadas europeas y americanas –entre ellas, la estadounidense–, en la que hacía eje en una supuesta escalada de violencia política, la "formación incontrolada de grupos armados en distintos puntos del país que buscan apoyar sus pedidos y reivindicaciones a la fuerza" y un supuesto resquebrajamiento del marco democrático y constitucional que hacía peligrar a la democracia argentina (mencionando, incluso, la posibilidad de un golpe o autogolpe de Estado o la profundización de un régimen antidemocrático). Sin embargo, es hasta el día de hoy que no ha ocurrido ninguno de sus pronósticos.
Finalmente, para quienes no lo sepan, Dennis Blair era el por entonces director nacional de inteligencia de EEUU, bajo cuya órbita se encuentra la CIA.


- 25.8.13


Esta tira fue realizada en el año 2002, para Bocha Seca, un fanzine desaparecido hace años, dedicado al under punk, hardcore y heavy de Entre Ríos. Al momento de dibujarla no sólo pensaba en los anarcopunks, sino más precisamente en esa progresía y pseduo-izquierda de actitudes reaccionarias o decididamente fascistas que tanto abunda.
En ese tiempo, algunos, no teníamos escaner, por lo tanto nos hacíamos de una cámara fotográfica para poder digitalizar. También, por ese entonces, se empezaban a ver los primeros emo argentinos.


- 25.8.13

- 25.8.13

- 25.8.13

Esta tira fue realizada para el concurso "Dibujaré las AVEnturas de MARGE, el mono tucán", desarrollado por el genial colectivo UN FAULDUO entre los meses de agosto y septiembre de 2009, resultando segunda mención de honor.
Como puede observarse, la herramienta utilizada para dibujar ha sido el ya casi en desuso Paint de Windows, tal como lo exigía el concurso.
Agradezco profundamente al Equipo Rayito de UN FAULDUO por dicha mención. Realmente es un honor caleidoscópico que colma mi alma y todo mi ser.

Y, consejo: no deje de visitar el faulduomundo. No se arrepentirá. Lo aseguro.


- 25.8.13
Las páginas de esta sección han sido inspiradas por la lectura de "La nueva pornografía", de Lewis Trondheim, por los trabajo de Andrei Molotiu y los incluidos en el blog coordinado por el propio Molotiu: Abstract Comics (que, para más señas, es también una antología de historieta abstracta editada por Fantagraphic).
Para muchos esto no será historieta, teniendo en cuenta que en términos clásicos ésta se define por la narratividad, pero para mí -como para tantos otros- lo fundamental no es eso, sino la secuencialidad en el espacio, en la metaviñeta, en la página. Es decir, no la secuencia narrativa, de viñeta a viñeta en una secuencia lógica -por llamarle de alguna manera-, sino la posibilidad de leer la secuencia completa en el espacio que es la página. Para ser más claro me voy a explicar por la diferencia: el cine trabaja con la secuencia y con el tiempo (como la historieta, en que las “calles“ tienen intención secuencial y temporal, las cuales pueden ser muy distintas entre la instancia de producción y la de reconocimiento, entre autor y lector), pero no con el espacio; uno no puede ver la película entera hasta que ésta haya terminado, hasta que la cinta fílmica no haya finalizado de rodar, no puede ver todos los fotogramas juntos y relacionarlo (en todo caso, ya no estaríamos hablando de cine, sino de otra cosa, no sé cuál), uno está supeditado al tiempo de la película; en cambio, en la historieta sí es posible hacerlo, se pueden ver todas las viñetas juntas y relacionarlas (en una página, en dos páginas enfrentadas o arrancando las páginas de un libro o revista y poniéndolas en forma contigua), porque lo fundamental -y esto es lo que la diferencia del resto de la “artes"- es precisamente el espacio. Se podría esgrimir que en pintura pasa lo mismo, en la que se puede (y no hay otra forma) ver la globalidad en el espacio del lienzo, pero lo que no se puede es ver la secuencia, porque no la hay, independientemente de si hay o no narratividad (un cuadro puede narrar, contar una historia, tranquilamente). La historieta es lo más parecido al discurso, a la comunicación, porque los discursos y mensajes se dan y se reciben completos, las proposiciones siempre son completas (lo que no equivale a que la significación sea lineal, que nunca o rara vez lo es); incluso una proposición fragmentaria es completa, porque la proposición es lo que es. En toda proposición hay un antes y un después, una secuencialidad que se halla implícita en ella en la relación entre palabras (y hasta entre letras); no hay posibilidad de que en una proposición no exista esta relación, es decir una secuencia (por muy abstracta y caprichosa que sea una oración), en todo caso no sería una proposición. Esa secuencialidad siempre es gráfica, aún cuando se trata del lenguaje hablado, porque desde hace siglos a esta parte los humanos pensamos en términos gráficos, vemos mentalmente la palabra escrita y el símbolo de esa palabra. Cuando hablamos de “casa” primeros vemos -siempre mentalmente- la palabra escrita “casa”, la secuencia de las letras c + a + s + a y luego la representación simbólica de esa palabra, que es, en general, el dibujo infantil de una casa o, quizás, la “fotografía” de la casa de nuestra niñez o alguna otra muy específica. Siempre hay una secuencia, sobre todo secuencia gráfica.
Ya he dicho alguna vez que mi concepción de la historieta es más comunicacional que artística, en principio porque no busco estímulos estéticos, pese a valerme de ellos en ocasiones, y en segundo lugar porque no creo en la existencia del arte en sí mismo (todo puede ser arte, dependiendo de un sinfín de variables: desde qué lugar se mire, dónde se ubica, qué predisposición se tenga al observar y analizar, etcétera; y si todo lo es, nada lo es, no existe). Lo que no puedo negar (imposible hacerlo) es la existencia de la comunicación, del discurso: allí donde hay humanidad hay discurso y proposiciones. Y, como ya he dicho arriba, la historieta es de todas las “artes” la que más se asemeja a la estructura proposicional. La historieta es, quizás, la plataforma mejor equipada para liberar al signo, a los símbolos y simbologías, a las significaciones, tanto en la etapa de producción como de reconocimiento. La historieta tiene una potencialidad sígnica y simbólica inacabable.
HISTORIETAS
- 25.8.13

sábado, 24 de agosto de 2013

Sobre el signo
Yo siento fascinación por muy pocas cosas. Y al decir fascinación me refiero casi a obsesión. No lo es por esos límites difusos que uno nunca sabe si están ahí o no, pero lo cree pa' sentirse más pulenta. Pero decía: entre esas fascinaciones se encuentran los signos y sus relaciones, sus significaciones, sus efectos, sus usos, sus prácticas; es decir, la semiótica (en particular, aunque no las únicas, la social y la cultural). Sí, sí, como enleyiste. Es que una de mis mayores “preocupaciones” es el discurso y la construcción de sentido. No porque sea un estudioso del tema, sino por una cuestión objetiva: el discurso da sentido y legitima todas las cosas. Todo aquello que no pasa por el discurso, no existe; la existencia está dada en tanto significación construida, por esto mismo de que la sociedad es un entramado de significación y ésta es construida por los seres humanos. Y que el jamón va con queso y los tallarines con tuco. Es de ahí que deduzco que la madre de todas las batallas es la simbólica. No porque para que un “algo” esté bien baste con decir que está bien, sino porque el discurso significante legitima herramientas para que ese “algo” esté bien, las hace posibles. No, no inventé la pólvora ni el magiclick…
Pero también me interesan las posibilidades del signo. La multiplicidad de signos y significaciones, la contigüidad o no en sus relaciones. La posibilidad de la "no-significación" en la producción (aunque nunca en la instancia de reconocimiento). Cuán "manipulables" pueden ser hasta que se escapan de uno y se convierten en otra cosa, incluso en algo completamente diferente. Es decir, cómo se construyen y se pueden construir. Realmente es un campo sumamente interesante y rico para recorrer. A riesgo de que los amantes de la historieta clásica (aquella sin más estímulos que la diversión, la de temáticas y mensajes simples –aunque no siempre sencillos–, la reticente a la relación historieta-arte e historieta-ciencia) me garseé de acá a fin de milenio, de vez en cuando me meto en estas cuestiones de talla extra large. Ya lo dije alguna vez: mi visión de la historieta es más comunicacional que artística. Ahora, que logre plasmarlo como se debe... hmmm...

- 24.8.13
Historieta realizada tomando los consejos de Tristán Tzara para hacer un poema dadaísta.
Su realización tuvo el siguiente proceso:
1) Dibujé una historieta muda de 18 viñetas.
2) A cada viñeta le asigné un número.
3) Escribí esos números en papeles individuales y los introduje en una bolsa.
4) Mezclé los papeles numerados, agitando la bolsa, y fui extrayéndolos uno a uno.
4) Coloqué las viñetas en el orden en que fueron saliendo los papeles numerados, hasta completar la página. 6 viñetas fueron descartadas.
5) Tomé tres artículos de un diario y recorté palabra por palabra. Respetando, incluso, los guiones de separación silábica. Estos indicarían el fin de la palabra, aún si ésta estuviera incompleta (el guión sería parte de la misma).
6) Introduje cada palabra en una bolsa y las mezclé.
7) La extraje una a una, colocándolas en los espacios en blanco de cada viñeta.
8) Entinté la página, borré los lápices, la escaneé y la coloreé.

- 24.8.13
Monkey Island fue una serie de tiras ideadas para la Revista 2010 (hoy Revista 2016), en la que intentaba, en clave de humor (o algo similar), dar una visión sobre la realidad argentina. En un principio la idea era realizar critica ideológica, atemporales, siempre desde el humor, y sin personajes centrales. Sin embargo, me fui decantando por convertir a Elisa Carrió en personaje central y casi único de la serie. Esto se debe a que, desde que ha nacido a la vida política, cada una de sus intervenciones ha dado -y sigue dando- sobrados materiales para realizar humor político, aún para quienes este tipo de humor no es su fuerte (y yo me encuentro entre ellos), por lo que era relativamente sencillo encontrar chistes y humoradas. Para muestra, basta leer el apartado "Accionar polémico" de Wikipedia.
Por diversas cuestiones, entre ellas una reorganización de la revista, por la que ya no había espacio para esta clase de contenidos, hice apenas cuatro tiras -de las que conservo sólo tres-. Esta fue mi última incursión en el humor político.

HISTORIETAS

- 24.8.13

viernes, 23 de agosto de 2013


Fuimos los primeros bateristas punk en una ciudad acostumbrada al rock nacional, al rock popero. Cada uno con su característica: él con la fuerza y la furia, yo tomándome demasiado en serio aquello de que cualquiera puede tocar un instrumento. Él fue el primero, con Sin Sentido; más tarde llegué yo, con Cráneo Negro (por entonces con C, hoy con K). Eso fue en el ’99, 2000. Rara vez hemos compartido escenario (si mi memoria no falla fueron dos), pero recuerdo pasar tardes enteras tocando la batería en su casa, en una habitación a medio construir y con platillos derruidos a palazos. Aunque enteramente autodidacta, era mucho más ducho que yo. ¡Si habré intentado imitarle esos ritmos de jazz que solía tocar! Con un poco más de dedicación se hubiera convertido en un gran baterista, por ductilidad, independencia en manos y pies, facilidad para aprehender ritmos y técnicas, imaginación y potencia. Pero dejó la música mucho antes que yo. Claudio Arregui, su nombre. El Gato.
Con él fueron mis primeras salidas. Y mis primeras alcoholizadas. Teníamos la costumbre de tomar vodka con menta. De esto hace más de una década. Desde entonces no puedo tomar ni vodka ni menta. Algunos años más tarde supimos vivir juntos, en la casa del Centro de Estudiantes Casarense, en Tolosa, La Plata. Compartíamos habitación. Allí me enseñó los primeros acordes en guitarra. Vivía desafinándosela. Protestaría a escondidas, nunca me dijo nada. Un día se le ocurrió llevar una perra, una cachorrita callejera. Serena para todo el mundo, Pelota para mí. Pelota dormía a mis pies en la cama y fue el despertador más eficaz que he tenido (el único eficaz): como si supiese a qué hora tenía que levantarme, iba y me lamía la cara hasta que me despertaba. ¡Cómo defendimos su estadía! Pero finalmente los quisquillosos triunfaron y se la tuvo que llevar a Carlos Casares. De aquellos años datan nuestras mejores anécdotas, la mayoría inconfesables. El Gato las habrá recordado en algún momento, supongo. Con el pasar del tiempo dejamos de frecuentarnos, él volvió a Casares, yo seguí en La Plata. Ya no sería lo mismo; pasamos de amigos a meros conocidos. Pero todo lo que uno ha vivido deja su marca, su huella. Y esta no es la excepción.
El Gato era un tipo avispado, inteligente, pero al mismo tiempo duro, recio. Un tipo sin pelos en la lengua, de sangre caliente, aunque frío en sus modos. No era un tipo fácil. Con él no se jodía. Todavía recuerdo la noche en que me propinó la trompada mejor puesta que me han dado en mi vida (la recuerdo sólo por reconstrucciones; por mucho tiempo creí que me la había puesto unas cinco cuadras atrás del lugar en que realmente fue). Me lo merecía. Para mí siempre fue una suerte de rebelde sin causa o un Walker Texas Ranger. Lo dicho, un duro. Parecía de esos tipos a los que nada puede afectarlos; qué sé yo, tal vez eran mambos míos. Pero era muy convincente. De lo que cualquiera puede estar seguro es que, loco y todo, era un buen tipo, de esos que ya van quedando pocos.
El destino, Dios, el Demonio o quién sabe qué quiso cortar su vida. Así, de golpe. Con apenas 28 años. Fue víctima de la maldición de Carlos Casares. Aunque ateo hasta la médula, empiezo a creer en ella. Ya no sé cuántos pibes han caído en accidentes automovilísticos o en cualquier otra circunstancia. Una triste y abultada estadística. Ser joven y de Carlos Casares parece peligroso. Esta vez le tocó al Gatito.
Cuando me enteré no podía creerlo, no quería creerlo. Busqué la una y mil vuelta, hice la una y mil pregunta esperando la posibilidad de un error, de una equivocación. Pero no; no había nada que lo desmintiera. La vida es así, o ninguna o todas juntas. ¿Quién no se acordará del Gato? La Banda del Verde seguramente no será de los que olvidan. Pero si de algo podemos estar seguros es de que, en este momento, debe estar demostrándole a San Pedro, a los ángeles, a Dios, al Diablo o a quién sea que con él no se jode. Es lo menos que se merecen.

P.S.: la tira fue realizada en la mañana del 14 de marzo de 2012, en unos 20 minutos. Su calidad deja mucho que desear y no es la mejor semblanza, pero es lo que salió.



- 23.8.13

Hace algunos años atrás, cuando empecé a militar en el Movimiento de Unidad Popular, conocí a un grupo de personas al que acogí más que como compañeros, como amigos. Entre ellos había un pibe de barrio, de barrio humilde, del platense Gorina, que muy pronto se convirtió en mi más cercano. Emanuel Liantonio, su nombre. Un tipo sencillo, una mezcla de punkie y metalero, de risa extraña y gruesa, de una tranquilidad casi zen. Las más de las veces hablábamos poco (o, mejor, con frases cortas), la parquedad era nuestra condición común, pero compartíamos una idea, un proyecto. No necesitábamos decirnos mucho, sabíamos que éramos casi las caras de una misma moneda. Nunca nadie se me ha parecido tanto.
Compartimos cientos de cosas juntos, pegatinas de afiches, pintadas callejeras, movilizaciones, plenarios, corridas, cervezas, fiestas, disquisiciones filosóficas, políticas y hasta sentimentales. Era un tipo aún más parco que yo, pero siempre tenía la palabra, la frase justa que lo definía todo y nos dejaba sin capacidad de reacción. Un tipo en busca de algo, nunca supe qué, pero algo.
Por esas cuestiones de la vida yo me alejé de la militancia y lo vi en contadísimas ocasiones. La última fue en un recital. Estuvimos no sé cuánto, quizás dos horas, hablando de la existencia, de política, de organización popular, de anarquismo, de Perón, Bakunin y Malatesta. Entre silencio y silencio, un trago de cerveza caliente como meada. Su personalidad franca y transparente, sus ganas de hacer, sus proyectos para organizar a su querida Gorina, me hicieron querer volver a militar, para reencontrarme con tipos como él. Ahora eso ya no será posible. El domingo tomó seguramente la decisión más difícil de su corta vida, de sus 27 años. Se fue a ese lugar del que nadie regresa; no sé cómo, no sé porqué. Dejó un lugar vacío que nadie podrá ocupar, porque le pertenece para siempre; pero también dejó su memoria, que recuerda, me recuerda, que todavía hay cosas por hacer, cosas por las que luchar. Pero sobre todo, que uno no se da cuenta de lo que tiene, de lo que tenía, hasta que lo pierde. Y maldice haberse ido, haber dejado de militar o no concretar ese café de invierno que se hará moho. Maldice no haber compartido un poco más, el haberse encerrado en un pequeño, pequeñísimo mundo.
Recién me entero de su decisión, a las dos de la madrugada del miércoles 4 de noviembre, y no acabo de caer, no quisiera caer. No hay lágrimas, sólo un nudo en la garganta, en el pecho, en el estómago y un atroz cansancio en los párpados. Escribo como puedo, como me sale, casi escupiendo; imaginando el mejor homenaje para el lado A de esta moneda partida y derruida. Cinco puchos en media hora no es un homenaje, es la impotencia de no comprender por dónde pasa la vida, de no saber sus razones, sus por qué. El mejor homenaje para él será seguir peleando por lo que él peleó, por sus convicciones, por la construcción de ese mundo con el cual soñó tantas veces; seguir recordándolo como ese tipo rápido e inteligente, como ese tipo de calidez casi sobrehumana. Llevarlo como estandarte. Recordarlo como el amigo, como el hermano.
Acá te quedás, Ema, entre los vivos, entre los que te quisimos y entre los que quisiste levantar. Entre el barro, el asfalto y las precarias casitas de tu Gorina; en la bandera amarilla del MUP, en esa P gigante de Pueblo. Pero, fundamentalmente, en nuestra memoria, en nuestras almas, en nuestros corazones.
Y andá practicando, ya nos encontraremos para concretar ese desafío de pool… no sea cosa que pierdas.



- 23.8.13
Esta tira la hice para el ya extinto sitio de análisis periodístico y discursivo Va-fangulo! Acompañaba un artículo que escribí, en 2009, en el que analizaba la construcción discursiva sobre seguridad en los medios de comunicación de masas.
Eran momentos de pleno debate y reflexión sobre la ley de medios audiovisuales, y resurgió la idea de los medios como espejos que deforman, como esos espejos de vidrio irregular que te hacen ver más alto, más gordo, más bajo, más flaco, pero nunca más lindo. La tira, entonces, podría ilustrar cualquier temática sometida al lente mediático.
- 23.8.13


Las historietas que componen esta sección, han sido realizadas con motivos especiales, como bien dice su título; ya sea para ilustrar homenajes y recordatorios, concepciones teóricas u opiniones y editoriales de diversa índole. Así mismo, se encuentran algunas tiras y páginas que han sido publicadas en otros espacios.


HISTORIETAS
{La disposición no corresponde, necesariamente, con en el orden en que fueron publicadas originalmente.}

- 23.8.13

domingo, 18 de agosto de 2013

- 18.8.13